domingo, 29 de agosto de 2010

Quiero una "Pink Lady"

Hoy día entre a la cocina, como lo he hecho siempre desde que vivo en esta casa (12 años), me acerqué al canasto donde estaban las frutas y me puse a mirar las manzanas. Habían dos tipos; manzanas rojas y manzanas Pink lady. Hace poco tiempo no hacía la distinción, solo hablaba de manzanas rojas (porque aparentemente todas lo son) y verdes (cuando las habían). Las manzanas verdes son típicas, son ricas, pero me aburren. No me molestan, pero me gustaría que hubiese otras frutas en el canasto. Son como esas personas que te encuentras en todas partes, que no te influyen si están o no. Como cuando caminas por una calle llena de gente que te da lo mismo, posiblemente entre medio hayan algunas sean más interesantes (ácidas y jugosas) y otras que no tanto, pero a pesar de eso la química no existe. (Y ojo que ser manzana verde no implica que sea desconocida, sólo típica).
Por otro lado están las manzanas rojas, son lindas, pintorescas, y por lo menos para mí, la primera imagen de fruta que se me viene a la cabeza cuando me dicen "piensa en una fruta". Además me atrevo a decir que son tentadoras, y algunas veces, irresistibles (Eva y Blancanieves no se resistieron). Pero, ¿Qué pasa cuando las mordemos? ¿Hay una correspondencia con la belleza que vimos desde afuera y el sabor que sentimos al deshacerla en nuestra boca? ¡Que rabia! Mil veces, antes de salir al colegio, tomé la manzana más linda del canasto, y cuando con la guata vacía la mordí en el recreo, estaba arenosa y desabrida, ni siquiera me la terminé de comer, sentía un desperdicio llenarme con algo tan malo. Las manzanas rojas eran falsas, hipócritas, aparentaban ser algo totalmente distinto a lo que en realidad eran. En el supermercado brillaban a los ojos de la mayoría de los compradores, engañaban a nuestras mamás que las compraron (y siguen haciéndolo) para nosotros un millón de veces. Son como esas personas que creemos conocer, pero en realidad nos están engañando, muchas veces pasamos harto tiempo con estas manzanas antes de llevarnos la sorpresa, una desagradable sorpresa. Hay veces, muy pocas veces, que se da la correspondencia de apariencia – sabor, pero que rabia no tener la certeza de si tendré tal suerte o no, o que ganas de que las probabilidades sean mayores. La verdad interesante de estas manzanas es que no son malas de por sí, sino que son muy dependientes de las condiciones ambientales, o cualquier factor diminuto que se presente en el exterior. Si el clima es perfecto, si nadie le da una mínima machucada, si no la TOCAN demasiado, es posible que se de esta probabilidad mínima de buen sabor. ¿Vale la pena tenerlas para uno? ¿Te has dado cuenta que mucha gente que aparenta ser fiel, buen amigo, leal, lo es efectivamente pero sólo hasta que se presente una mínima complicación? ¡Las manzanas rojas son amigos solo en las buenas! ¿Nos conviene ser amigas de estas manzanas? Dejo la respuesta de esta pregunta a su criterio racional.
A pesar de esta lamentable verdad acerca de las manzanas rojas, me siento muy feliz por un descubrimiento que hice hace poco; las manzanas Pink lady. Si caminamos por el supermercado y lanzamos una mirada un poco menos fugaz al sector de las frutas, es posible distinguir, que entre medio de este intenso color rojo, hay unas manzanas un poco más claras que las tradicionalmente rojas, y algunas tienen unas manchas amarillas distribuidas al azar. Se llaman “Pink Lady”, el nombre viene de quien creo la manzana pero el verdadero y que corresponde a la variedad, es: “Cripp’s Pink”. Cuando descubrí esta manzana, todo cambió. Además de tener una linda apariencia (color rosado brillante sobre fondo verde intenso) su sabor es increíble (pulpa crocante crujiente y jugosa, con un sabor distinto). Lo que más valoro de estas manzanas, además de su sabor en sí, es la permanencia de estas características. Aparentan ser exactamente lo que son por dentro, son reales, incondicionales. Son como los amigos de verdad. Más de una vez se me cayó una de estas manzanas sobre los duros azulejos de la cocina, sin embargo, el sabor se mantuvo (aunque se dañara un poco por fuera). Estas son las manzanas que a diferencia de las rojas, son amigas en las buenas y en las malas. No dependen del mínimo cambio de clima, o de si las tocan o no. Son fuertes, duras, ¡INQUIEBRANTABLES!

Lamentablemente no son muchas las personas “Pink Lady” que podemos encontrar en nuestro alrededor, la tarea no es tan fácil como ponerse a mirar con detención el sector de las frutas en el supermercado. La tarea es difícil, muchas veces podemos creer estar enfrente de una “Pink Lady” y resulta ser una maldita manzana roja. ¿Qué hacer? Las personas “Pink Lady” no te van a dar la espalda. Cuando te des cuenta de que a pesar de todos los malos ratos, todas las bruscas caídas sobre los duros azulejos de la cocina, o incluso cuando hayan machucones o cualquiera de las miles de cosas que pueden pasar durante una vida, en el momento que muerdas la manzana, no correrás el riesgo de desilusionarte. Va tener un sabor delicioso, el que siempre imaginaste. Espero realmente, y me conformo a la vez, de tener la suerte de conocer sólo un par de manzanas “Pink Lady” en mi vida, y ojala nunca me confunda con las manzanas rojas que me desagradan tanto y tanto se parecen. Y para terminar, lo que más espero, sobre todo lo dicho, es ser una amiga y persona “Pink Lady” en su totalidad y durante toda mi vida.